Se ha ido otra semana santa con sus carreteras llenas, playas sucias y con todo lo que conlleva el aspecto religioso. Todos amamos semana santa pues significa vacaciones, al menos un par de días para olvidar todo excepto lo lleno que siempre esta todo.
Cada año procuro ir a las iglesias el jueves santo para ver la devoción católica aunque yo no lo soy pero me gusta observar a la gente, a los niños que a veces se aburren y otras son los mas fieles, a las personas que se ofrecen para ayudar durante la ceremonia y todo lo que suceda mientras visito varias iglesias.
Este año noté algo diferente o al menos creo que era diferente, había menos gente. Antes era entrar medio a empujones, hacer filas, conseguir un lugar era muy difícil y a veces no te dejaban sacar fotos para respetar el luto. Ahora fue muy fácil entrar a cada lugar, me pude sentar sin problemas y me tope con turistas y gente que abiertamente hacia foto con el celular o con cámaras profesionales.
Será que la devoción y la tradición católica esta disminuyendo?
Creo que este año me sorprendió ver cómo el Monumento a la Revolución, el gobierno actual lo decidió convertir en un bonito balneario lleno de gente, ropa mojada, toallas, basura, venta de comida; aquello parecía de verdad una playa. Era una escena que al verse de lejos no lo hubiera creído y no estoy del todo de acuerdo pero es lo que es con lo bueno y lo no tanto.
Comparto algunas imágenes que hice y espero hablen sobre todo lo que se vive en una semana santa en la Ciudad de México.
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