#cartel

Carteles Covid 2020.

Como todos me encuentro en casa, encerrado en una cuarentena para evitar un posible contagio de un virus.

Así comenzaría cualquier historia de ficción en una película o novela que pertenece a un futuro ajeno sin embargo la ficción es una absurda realidad ya.

En realidad he llegado a salir en medio de esta campaña de “quédate en casa”. A veces para ir por compras, tirar la basura, hacer pagos y demás cosas ordinarias buscando no tomar el transporte público o alejarme demasiado de casa para no exponerme a mi o algún miembro de la familia de esta amenaza fantasma.

 Y así han pasado ya varias semanas desde que todo esto comenzó con las fases, noticias y anuncios que se han hecho. Como parte de todas estas campañas de salud y publicidad que se han propagado en tv, radio e internet un día aparecieron numerosos carteles pegados en varios edificios cerca de casa.

Y en verdad son muchos, demasiados desde mi punto de vista siendo casi una especie de propaganda política para enrolar al ejercito, defender a la patria o vender algún ideal nacionalista. Los hay en cada edificio, algunos parece que se hablan, que se abrazan, se besan, los hay jóvenes mientras otros ya se ven arrugados en el piso otros están firmes en su pared destinada. Todos nos miran desde su lugar como una especia de entidad inmaterial que nos mantiene con el recordatorio constate de no salir de casa. Su color rojo es tan llamativo que resulta imposible no mirarlos. La pregunta que me vino en mente al igual que a muchos vecinos que los miran también es:

¿Era necesario imprimir tantos? ¿Es un desperdicio de recursos? o es el reflejo de nosotros sociedad que no dejamos de salir a pasear y pensar que no pasa nada, que es solo un invento de los gobiernos del mundo.

 Estas imágenes son la realidad tal cual de un momento histórico que jamás pensamos vivir y ahora es nuestra rutina del día a día la cual durará varios meses más antes de volver a aquella vida de poder salir sin preocuparse por algún virus, de convivir con todos sin pensar en contagios, ir al cine, al teatro, a la escuela o simplemente sentarse en un parque a mirar la vida.

Sin duda nuestras vidas están cambiando.